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Casi casi desde que el botón «Me gusta» de Facebook es una constante en nuestras vidas, permitiéndonos hacer algo que hasta entonces no era del todo común en Internet, y es dar nuestra opinión sobre algo sin necesidad de tenerlo que escribir, se ha pedido el botón «No me gusta».

La verdad es que a veces, los internautas nos sentimos un poco impotentes a la hora de expresar nuestra opinión libremente: parece que a las empresas (e incluso al mismo Facebook) sólo les interesan las opiniones positivas y los halagos, dejando a un lado todas aquellas opiniones que puedan ser menos favorables. ¿És esto justo?

La verdad es que el botón «No me gusta» puede tardar aún mucho más de los que nos imaginamos, ya que como hemos dicho más arriba para una empresa no es positivo encontrarse con una legión de votos negativos que, seguramente, harían peligrar la popularidad que pudiera tener.

Expertos del sector afirman que una parte del derecho de expresión también es la de no opinar, es decir, no darle al botón «Me gusta» cuando algo no nos guste, pero al no quedar esto plasmado en ningún lugar, parece como abstenerse en unas elecciones: que no te interese el tema o no vaya contigo. De todas formas, la única opción, de momento, que tenemos los internautas es no hacer clic al botón «Me gusta» si algo nos desagrada o dejar un comentario negativo sobre esa noticia, y esperar que las empresas y Facebook se atrevan, en breve, a aceptar también los comentarios negativos.